DIFERENDO MARITIMO CON CHILE

lunes, 24 de agosto de 2009 |

Ecuador respalda posición chilena al considerar que la Declaración de Santiago de 1952 y el Convenio de Zona Especial Fronteriza Marítima son tratados de límites
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Por César Reyna
El apoyo de la diplomacia ecuatoriana a la postura sureña no es nuevo toda vez que Quito siempre estuvo muy vinculado a Santiago. Los lazos históricos entre esas dos naciones del Pacífico Sur se han profundizado a raíz de sus diferencias con el Perú, país con el que comparten fronteras terrestres y marítimas. Para debilitar nuestra posición siempre han actuado de manera conjunta. La alianza geopolítica que mantienen es de tal profundidad que Chile violó su posición de garante en el Protocolo de Paz, Amistad y Límites de Rio de Janeiro de 1942 al proveerle armas a Ecuador durante el conflicto fronterizo del Cenepa a principios de 1995. Los altos mandos de las Fuerzas Armadas de Ecuador y Chile comparten una misma doctrina o estrategia con respecto al Perú, al que, debido su inestabilidad política, ha sido considerado como una amenaza para sus intereses nacionales.


En la actualidad Chile y Perú se disputan una zona marítima no delimitada según la Cancillería peruana. El desacuerdo ha sido llevado a la Corte Internacional de Justicia de La Haya, la máxima instancia judicial de la ONU. Ante la corte Perú ha presentado una demanda para reclamar soberanía sobre 35.000 km2 de mar en disputa. La Cancillería chilena alega que no hay nada que discutir en esa materia ya que los acuerdos tripartitos que firmaron Perú, Ecuador y Chile son de naturaleza limítrofe. De las tres partes firmantes, sólo Perú está en desacuerdo pues considera que los convenios aludidos tratan asuntos de pesca.
Ante la negativa chilena a negociar bilateralmente -oposición que data desde el Gobierno del presidente Alejandro Toledo-, el Perú ha optado por zanjar de una vez el problema, como corresponde, en una corte internacional. La presión recae ahora sobre Chile ya que debe responder jurídicamente a la demanda peruana. Parece que los diplomáticos chilenos no saben qué hacer con la demanda pues hasta el momento no han presentado argumentos sólidos para desestimar la pretensión de sus vecinos. Sólo se han limitado a decir que no existe ningún asunto limítrofe que tratar con el Perú porque temen perder los miles de kilómetros que poseen de facto. Aunque no tengan claro cómo seguir de ahora en adelante, el respaldo de ecuatoriano les ha caído como anillo al dedo porque suman su postura a su particular interpretación de los acuerdos de 1952 y 1954. El Gobierno de Michelle Bachelet necesitaba esa manifestación (de coincidencia con la tesis chilena) para tranquilizar a la ciudadadanía, que fue sorprendida, al igual que ella, con la demanda peruana.
La “independencia” ecuatoriana del asunto limítrofe no es tal porque Ecuador dejó abierta la posibilidad intervenir en La Haya para salvaguardar sus intereses nacionales. Si bien los temas fronterizos entre Perú y Ecuador han sido tras la firma del Acuerdo de Brasilia en 1998, Quito “se reserva el derecho de participar en el proceso”, según el comunicado de prensa dado a conocer por su Cancillería. El anuncio no hace más que recalcar que comparte la posición chilena pues repite lo que dijo ayer el Canciller ecuatoriano mientras atendía a su par chileno.
La Cancillería ha descuidado mucho las relaciones con nuestros vecinos pues se ha enfocado casi exclusivamente de impulsar tratados comerciales. El jefe de la diplomacia peruana, José Antonio García Belaunde, no está capacitado para llevar las riendas de Torre Tagle, sede de la Cancillería peruana, pues ocupa el puesto por ser amigo del presidente García. La agenda diplomática ha sido orientada únicamente para promover nuestras exportaciones en lugar de reforzar o establecer lazos con otros países de la región. Hoy el Perú se encuentra prácticamente aislado en el entorno continental pues los gobiernos de Bolivia y Ecuador abrazan el socialismo. En el ámbito de la Comunidad Andina de Naciones (CAN), sólo Colombia mantiene una doctrina económica afín a la peruana (de apertura al capital); pero tiene demasiados problemas internos como para apoyar firmemente al Perú.
García Belaunde ha declarado que “(…) el contencioso en La Haya solo involucra a Perú y Chile, no a Ecuador”. También señaló que “Ecuador tendría que hacer el pedido a la Corte y esta juzgar si tiene sentido su incorporación. No es que la Corte llama a este país a testificar; Ecuador tendría que pedirlo. Sin embargo, para que la Corte invite a este país tendría que aceptar que hay un litigio con Ecuador y no lo hay”. Pero eso no es lo importante. Es totalmente irrelevante si Ecuador participa o no en dicha instancia pues lo que interesa realmente es que Quito ya fijó una posición respecto a la manera en que debe interpretarse los acuerdos que el Perú cuestiona. La posición oficial de Ecuador será trasladada a La Haya asi ese país no se involucre directamente en el pleito pues la Cancillería chilena se encargará de incluirla dentro de su contrademanda, en caso de que esta ultima considere que la corte tiene competencia para resolver el diferendo.

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